Es una realidad bien sabida, que en Latinoamérica reina la pobreza y la ignorancia en los barrios, existen grandes diferencias sociales y pareciera que la cultura y las artes están reservadas única y exclusivamente para las clases altas de la sociedad. Sin embargo, es enorme el interés de la ciudadanía por encontrar una forma de expresión y liberación de la creatividad, del pensamiento y del sentir. Los Centros Culturales en zonas socialmente desfavorecidas, suelen ser proyectos gestionados por la gente y para gente, sin ningún tipo de recurso o de apoyo por parte del Gobierno. Es muy valiosa la labor de los grupos, tanto de los instructores como de los asistentes, es su interés y su organización, los que hacen que este tipo de movimientos perduren, acercando a este sector de la sociedad con las artes, demostrando que no se requiere etiqueta de ningún tipo para sentir y ser parte del arte.
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